lunes, febrero 27, 2006

Ciertos Deportes

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Mi segundo maestro de Tae Kwon Do después de Oscar Mendiola (que por cierto, ha sido el único campeón mundial varonil de México) fue otro brillante profesor, Adolfo "Fito" Lomelí. Una de las enseñanzas que más recuerdo es: "El que domina a los demás, es poderoso. El que se domina a sí mismo, es invencible". En la Escalada en Roca no puede haber cosa más cierta. Como ya lo dije en alguna otra ocasión, la escalada es una especie de profesión de Fé.

Fé en uno mismo.

La escalada es una serie de mañas más que una prueba de fuerza. Se aplica la Ley del Mínimo Esfuerzo. Es coordinación, balance y mucha inteligencia. Wolfgang Gülich decía que "El músculo más importante para escalar es el cerebro" (vaya metáfora...). Completar un muro sólo se logra cuando uno puede convencerse de hacerlo. Creer en una capacidad ilimitada. La roca nos hace sentir blandos y frágiles, pero es en donde logramos vencer nuestros miedos y crecemos. Enfrentar a nuestros miedos es madurar. El logro es la única recompensa al esfuerzo.

Y no todo es lo que parece. A veces una retirada es la única solución para resolver una ruta. A veces parece que fracasamos, pero quien aprende de sus errores, los convierte en aciertos. Escalar es la máxima expresión de pensamiento y adaptación, esfuerzo, transformación. Los grados de la escalada quizzá no quieran decir nada, pero completar un muro 7a (5.12a para los gabachos que usan el Yosemite Metrical System) nos lleva a un nivel mítico, casi como un profesional.

En la foto de arriba, se muestra una sección de la caliza del Rattikon, la ruta conocida como "Silbergeier" que se ubica en el penúltimo grado más alto, 8c+ (5.14d en YMS). De hecho, hay menos de una docena de rutas 9a y tal vez una media docena de escaladores que tienen la suficiente fé en sí mismos para realizarla. Pero en principio, nada nos diferencía de éstos. Cualquiera puede llegar hasta lo más alto. Sólo es importante hacer lo que se ama y dedicarle tiempo. Sólo así nuestra naturaleza y sentidos están abiertos y preparados para salvar cualquier obstáculo. Una vez aprendido, la enseñanza -y cualquiera que lo haya experimentado no me dejará mentir- se aplica para todas las otras actividades de nuestra vida.

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Respeto

A pesar de lo mucho que pueda objetar al criterio o las ideas de mi padre -incluso a manera de antagonismo generacional- hay cierta sabiduría innegable en muchas de sus palabras. Una de mis bases morales más valiosas (y socialmente más útiles, por cierto) que le he aprendido es el respeto a la manera de pensar o actuar de otras personas.

Un ejemplo muy claro se dió hace ya varios años durante una cena familiar de su segunda esposa. Por alguna razón un "tío" le propinó un par de buenos zapes (o "soplamocos", como dicen que mi abuelo les apodaba) a uno de sus hijos. Otros "tíos" y "tías" comenzaron a reclamar, algunos de una manera bastante agresiva. Cuando la esposa de mi papá quiso incluírse en el reclamo, él solamente le dijo: "Está mal, pero hay que respetarlo, no nos vamos a meter".

Ésto me da pie a abrir un pequeño paréntesis: Pienso sinceramente que nadie nace sabiendo ser padre o madre. Es un proceso en el cual -idealmente- un padre educa de la mejor manera que puede a sus hijos y siento que tiene derecho a cometer errores. Nadie es infalible ni posee una base de datos con el reglamento o las regulaciones que implica el ser padre. La responsabilidad debe ser actuar como mejor le parezca a uno y tratar de ser íntegro al pensar, hablar y actuar.
No justifico nada. Ni gritos, ni golpes, ni abusos verbales (hasta violaciones verbales, me atrevo a decir). Cuando un padre comete un error, es grave, pero tampoco se puede hacer mucho por enmendar ciertas cosas. Sólo queda aceptar las equivocaciones y disculparse. A quien tenga la oportunidad de ser padre, pienso que debe abrazar la responsabilidad y actuar siempre pensando en el bien (inmediato o ulterior) de los hijos.

Fin del paréntesis.

Ahora, cuando uno observa -por ejemplo- a una chica que no es feliz y de hecho sufre una relación destructiva (se me ocurren muchas causas, pero una de las que personalmente he vivido, es el alcoholismo), a veces es imposible contenerse. Hace poco cometí el error de hacer un par de comentarios al respecto. Ya saben, una de esas mujeres bonitas, inteligentes, con toda la buena vibra... que es pareja de un cuate agradable, también inteligente y bastante culto, pero con el ominoso defecto etílico. La verdad odio ver que una buena persona haga pedazos a otra. Odio esas relaciones codependientes, como la que yo mismo experimenté por cinco años, en las que la propia inseguridad nos impide decidirnos y cambiar, andar un rato -chico o grande- solos por la vida, carentes de dar y recibir amor...
La verdad también me afecta mucho la situación en la que me encuentro desde hace tiempo. Cuando uno está solo y anda buscando alguien con quién compartirse, no puede dejar de decir mentalmente: "Vamos, deja a ese tipo, que estoy seguro que yo te voy a hacer más feliz" y eso está mal. Creo que es mucho más positivo el decir: "Mira, haz lo que tengas que hacer, pero sé feliz". A veces las relaciones pueden ser salvadas, pero a veces se convierten en casos perdidos, desahuciados. El fondo de todo esto es: Da la oportunidad, pero aprende a retirarte cuando no funciona. Todo es cosa de ser íntegro y honesto.

Lo sé, suena fácil. Yo sé que la mente y el corazón son a veces ejércitos que se trenzan en una batalla llevada a cabo en la arena del alma. A veces son conflictos irreconciliables. Cada quien sabe lo que hace, cada quien recorre su propio camino, que generalmente es muy diferente a cualquier otro, cada quien es responsable de hacer o dejar de hacer lo necesario para alcanzar (o no alcanzar) lo que está buscando. Creo que aquí la pregunta sería: ¿Sabes lo que quieres? ¿Buscas eso que deseas? ¿Qué estás dispuest@ a hacer para alcanzarlo? ¿Que estás dispuest@ a sacrificar?

Y a pesar de lo mucho que pueda exponer mi manera de pensar, realmente no me interesa convencer a nadie y simplemente vuelvo al motivo inicial de éstas líneas: Respeto.
Yo quiero siempre respetar las acciones y las ideas de cualquier persona. Quizá en el fondo porque me gustaría respeto por las mías. Pero sobre cualquier cosa, la razón fundamental es que todos tenemos el mismo derecho a ejercer nuestra individualidad; pensar, hablar y actuar libremente (como propio derecho), pero también ser íntegro y llevarlo a cabo (como intrínseca obligación)... si, ya sé: suena fácil. Pero en mi utopía ésto tiene que existir.

Entonces quiero pedirle una disculpa a esa chica. Por no respetar que ella puede hacer de su vida lo que mejor le parezca. Otra disculpa cabría también para él, ya que todo esto lo hice motivado por una enorme atracción hacia ella. Me queda tranquila la conciencia sólo porque no hablé mucho más de todo lo que por entonces cruzaba mi cabeza. Nunca le dije que me gusta o que se "merece" algo mejor. No le dije que me dan ganas de hacerla feliz, ni que me duele ver que sufra por la inconciencia de un buen hombre que no puede controlar su manera de beber y por lo mismo se autodestruye a la vez que destruye todo lo que hay a su alrededor. No le dije muchas otras cosas, pero tampoco las diré aquí, porque podrían dar lugar a otros cuantos párrafos y creo que ya fue suficiente. Aún así, eso no quiere decir que no sean verdad. Tampoco que yo esté en lo correcto, ¿verdad? Pero las ideas y las acciones dan lugar al modus vivendi. Lo verdaderamente importante, lo que dará lugar a la comunicación y el aprendizaje, es el respeto.



"En las personas -así como en las naciones- el respeto al derecho ajeno es la paz"

B. Juárez


"El respeto al derecho ajeno, es la conservación de los dientes"

Refrán popular

No Estás Deprimido III

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Tenía pendiente transcribir la última parte de aquél discurso de F. Cabral que tanto me ha enseñado y tanto he querido compartir. Si alguien está interesad@ en conseguir el archivo mp3, en el cual le añadí música de fondo, porfavor no dude en contactarme a rofloki@yahoo.com


Parte VII

Ahora que estás solo y tranquilo, ahora que estás contigo mismo, único ser del que eres responsable, te diré: “Deja que la curiosidad te lleve a donde sucede la vida”. No seas espectador de la televisión, sino protagonista de La Tierra. Recuerda que a los que se animaron les debemos todo. Píntate un SI en la frente antes de salir a la calle para que se te acerquen los que quieren vivir. Sin preocuparte por el tiempo, porque en una eternidad se recomienza a cada instante. Y no pierdas energías cuidándote, porque la vida es bello peligro (si mi Madre se hubiera cuidado de mi Padre, yo no estaría aquí).

Si nos juntamos, somos ricos. Tú tienes lo que yo no tengo y viceversa. ¿Y que sucedería si nos juntamos todos desde el cada uno que hay en cada cual? La vida nos propone tantas cosas permanentemente que hay que hacer más esfuerzo para seguir siendo pobre y desdichado que rico y feliz. No olvides que eres un aristócrata, un príncipe porque eres hijo del Rey del Universo. Sólo tienes que darte cuenta.

Recuerda que Jesús decía que “Al pan lo trae la verdad y a todo lo que necesites”. Entonces no hay límites, tú decides a dónde quieres llegar; y esto con la alegría que abre todas las puertas, porque para Dios siempre somos niños. Entonces la vida es un juego maravilloso. Un juego que incluye al todo y a todos. Estás hecho a semejanza de Dios, entonces puedes recrear todo.

Cuando dices “No puedo” estás diciendo “No quiero”. Ya hay demasiados mártires. Necesitamos héroes. Levántate y anda, yo te acompaño, como te acompañarán todos los que se animan a vivir mejor, los que terminan favoreciendo a toda la humanidad, que es la grandiosa empresa a la que pertenecemos todos.

Camina tranquilo, que no te confundan los noticieros. El bien es mayoría. Que no te distraigan de tu tarea que es alcanzar la plenitud. Nada como vivir en uno mismo. Sólo así puedes sentirte en casa en cualquier parte, entonces nada es lejos ni ajeno.

Si cada uno fuera cada cual, la sociedad sería una orquesta enriquecida por todos los sonidos, por todas las voces. Una grandiosa armonía de individuos. La sinfonía en donde todos aportan su voz. Una partitura escrita para cada uno de los instrumentos. Es decir, una partitura respetada por todos. Pero esa orquesta que deberíamos ser está fragmentada porque todos estamos contra todos. Y esto nos ha agotado y desesperanzado. Por eso perdimos la imaginación, que podría darnos alguna idea de convivencia.

Pero el miedo, que es ignorancia, nos separa más y más; y este divorcio nos enferma y empobrece a todos porque la humanidad es un repertorio riquísimo, tan brillante como interminable. Y todos tenemos que ver porque todos venimos de un primer hombre, de una primera mujer. Entonces, hay negros y chinos en mí. Soy tan bueno como Jesús y tan peligroso como Hitler. Soy tan musulmán como ateo. Muero con el que muere y nazco con el que nace.

Todos somos fecundados y auxiliados por todos, pero desestimamos a todos porque nos desestimamos. En lugar de enriquecernos con el otro, le escapamos. Nos combatimos en lugar de asociarnos. Y matar al otro es suicida porque es una continuación nuestra. El odio, que es miedo, nos ha traído a esta desesperanza donde se ahoga la imaginación. Y sin imaginación perdemos la bendita semejanza, es decir, dejamos de ser creadores.

La tarea es armonizar esta gigantesca variedad que es la humanidad porque esto enriquecería a todos. Hasta dejamos de decir cosas bellas a las mujeres porque ahora puede ser considerado “Acoso Sexual”. Pronto tendremos que salir a la calle con un abogado. Parecería que vivir es una secuencia de pleitos.


Parte VIII

La tarea es comprender que la vida son subidas y bajadas, constante movimiento, es decir, cambios. Entonces tenemos que sacar de nuestro lenguaje la palabra “decadencia”, que es una etapa más, nada es para siempre. Por eso debemos estar atentos, listos para el cambio. Preparados para toda circunstancia porque la Vida es como es, no como debería ser.

Todo nos fue dado, por lo tanto nada nos pertenece. Sólo nos queda gozar lo creado y cuidarlo para el que vendrá, que es una continuación nuestra como nosotros somos continuadores de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos y así hasta Adán, “El Rojo Adán”, como le gustaba decir a Borges, quien cometió el peor de los pecados: no fue feliz. Por eso se sentía perseguido por la sombra de haber sido un desdichado.

El primer dato de sabiduría es saber quién es el que sabe. El segundo estar en lo amado, que nos hace más brillantes porque estamos más atentos, por eso rendimos más. El amor nos allana de tal manera que enamoramos a todos.

Está permitido que te caigas, pero no que te quedes en el suelo.

En este momento la sociedad está detenida por una congestión del tránsito, que ya es desmesurado porque las ciudades ya son desmesuradas. O tal vez dejamos de pensar para cambiar todas las ideas y comenzar de nuevo. Ya no habrá grandes mitos que seguir, ideologías. Ahora deberemos comunicarnos de hombre a hombre, porque esta es la era del individuo. Por eso la Internet. Entonces aumentará la calidad. Desaparecerá lo macro para que señoree lo micro.

Esto quiere decir que de aquí en más, no habrá televisor, política o familia que pueda apagar ese fuego sagrado que es el alma. Donde vive para siempre la inteligencia, alimentada por el universo desde hace tantos siglos.

Los que preguntan avanzan, los que no preguntan se quedan. Es decir, mueren porque la vida es movimiento. Todo se recrea a cada instante, por eso hay que estar atento. Por una mujer te pierdes al resto. Por una casa te pierdes el mundo, es decir, por una esquina te pierdes mares y ríos; es decir, delfines, ballenas, salmones, tiburones…

Por una familia, una ideología y una religión te pierdes arquitectos, egiptólogos, poetas, filósofos, chamanes, antropólogos, profetas…..miles de maneras de ver al espíritu y las estrellas, orquídeas de Colombia, Bacon, Giacometi, Nietzsche, El Golfo de Ácaba, Alejandría, Tokio, La Grecia de Homero (que tanto amó Lawrence Darel). Guanajuato, donde me enamoré de Catherine Waleska, aunque no tuve oportunidad de decírselo. Chichicastenango, donde con una danza ordenaron a mi esqueleto. París, donde Rilke veía despertar a la belleza cada mañana al lado de Rodin. El trastévere romano donde Fellini dibujaba a sus personajes. Donde el Moisés de MichelÁngelo está harto de los turistas que lo afichan en San Pietro in Vincolli, donde apenas cabe. Londres, Berlín, Bruselas…


Parte IX

…Praga, donde los escritores románticos tenían una idea tan alta de la felicidad que nunca la alcanzaban, por eso se sentían desdichados: tristeza que los excitaba, dolor que gozaban, como los cantaores flamencos y los cantores de tango. Madrid, donde Lupe siempre está al borde del pensamiento, pero nunca cae. Miami, que es el puente que comunica a los latinos con los sajones. El desierto de Sonora, donde conocí a Erich Fromm, que decía que Suzuki era un budista Zen porque lo había experimentado y esa autenticidad lo hacía difícil de leer porque el Zen no da respuestas racionalmente satisfactorias, pero sí los libros de los intelectuales occidentales que lo explican más fácilmente, aunque no lo hayan experimentado.

No idolatres a nada ni a nadie porque tener una idolatría es perder la independencia y esto es conflicto. Enfermedad segura. Como fácil se pierde lo que se ganó sin esfuerzo. Como sigue siendo pobre el que no goza lo que le sobra. El gran paso es ir de la egolatría que te compromete, que te esclaviza a tantas cosas externas, a la libertad interior. Entonces se alcanza la Paz. Y la Paz te hace vivir todo con plenitud, es decir, te enriquece.

Los últimos salvadores son dudosos, pero no afectan la enseñanza de Buda ni enferman a la Biblia. La enseñanza de Buda no está debilitada por el que no cree en la transmigración ni muere la Biblia porque se enfrente al saber, más realista de la historia de la Tierra y de la evolución del hombre. Como es inocente pensar en una sociedad sin delincuentes, pero cualquiera puede ser mejor si se lo propone.

No le bastan las buenas las intenciones al Universo, que es como es, no como nos gustaría que fuera. La verdadera Fe comienza trabajando en uno mismo para creer en uno mismo. Y cuando uno está bien plantado en uno mismo se anima a ver todo, entonces conocemos a la realidad y de ahí en más podemos comprenderla. Entonces nos salvamos de las decepciones. Sabemos que detrás de una máscara siempre hay otra. Como también vemos la pureza en la desnudez, las libertades del Jazz y los ritos de las dictaduras.

Aceptar la realidad es salvarse de los engaños, entonces la verdad nos hace vivir plenamente. No te engañes, entonces nadie te engañará. Sé firme como Buda, como Jesús, como Espinosa, como Einstein, como Ford. Firme pero abierto al mundo. Atento a las propuestas de la vida.

Predica las virtudes pero no calles las verdades. Nunca te arrepentirás de haberte animado y nunca te perdonarás no haberlo hecho. Además, no tienes nada que perder porque ni una sola de tus orejas es obra tuya. Y no te preocupes por el futuro porque al final de tu vida no te espera la cima de la montaña sino la paz del valle.

A nadie tienes que rendir cuentas si no haces mal a nadie. Como a nadie tienes que explicar nada. Por eso no debes agotarte en las vanas tareas de querer convencer y gustar, lo que importa es que estés convencido y te guste lo que haces. Y si tienes un gran sueño debes estar dispuesto a un gran esfuerzo para concretarlo porque sólo lo grande alcanza a lo grande. Si estudias superficialmente, aprenderás superficialmente. Si vives por la mitad sólo conocerás la mitad de la vida. Si tienes la cabeza dividida, verás al mundo dividido. Si trabajas por obligación serás un desocupado, un desdichado más. Si tienes miedo no conocerás al amor, que es valentía.

No estás deprimido, estás distraído del presente en donde sucede la vida, por ejemplo, los amaneceres y los ocasos, las gaviotas, los cóndores, las águilas, las palomas y las golondrinas, las montañas, los valles, los ríos y los mares, el deporte, el arte, la agricultura, la arquitectura, las selvas, los guacamayos, los monos, los tigres, los leones, los cocodrilos, los elefantes, los arroyos, los seres humanos de todos los colores, el ilusorio tiempo que te empuja y la eternidad que te permite cambiar de rumbo y recomenzar a cada instante…

No estás deprimido, estás distraído de las maravillas que suceden alrededor tuyo. Desde nacimientos a cosechas, desde revoluciones a conciertos, desde campeonatos de fútbol a viajes interplanetarios.

No estás deprimido por algo que pasó, sino distraído del todo.

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