jueves, marzo 31, 2005

Como la Vida suele ser

A veces no se deja, a veces se vuelve un nudo Gordiano y no alcanzo a sacar la espada. A veces me siento un poco atorado y confundido. Son poquitas las luces que a veces iluminan esta oscuridad, como las poquitas estrellas que se ven desde Paseo de La Reforma. Ahora, como tanto había evitado, vengo a vaciar un poco de coraje. Me siento un poco triste y también un poco solo. Ni siquiera voy a escribir mucho, no quiero volver a la misma cantaleta. Sólo siento que estoy un poco a la deriva, que voy un poco a tientas y sin instrumentos. Espero mañana estar de mejor humor. Ya estuvo por hoy.

miércoles, marzo 30, 2005


Que nostalgia traen algunos recuerdos. Es la niebla en el camino, la lluvia, la soledad. Posted by Hello

I.M.R. o Intensos y Memorables Recuerdos

A pesar de que esta es una carta abierta, sólo hay una persona en el mundo que puede entenderla. Son unas cuantas letras que me sobran (más bien, se me desbordan) en esta cabeza mía. La oportunidad de decirlas frente a frente ya pasó (a menos que una especie de milagro ocurriera) pero a mí por lo menos me queda el buen sabor de boca mezclado con una pizca de frustración.
Quise darte las gracias, quise hacerte saber que ninguna cosa ni situación pasó desapercibida por mi vida, sobre todo tus recuerdos. Quise platicar durante horas contigo y si, también hubiera dado lo que fuera por hacerlo de nuevo. Quise recordar la vez que los acompañé de compras y me regalaron un billete de lotería de agradecimiento. La verdad eso pudo haber cambiado mi vida. Pero ahora pienso que al mismo tiempo me diste tanto (tal vez sin saberlo), que la vez de Ensenada fue el clímax de un sueño que aún hoy en día alimenta mis fantasías, una travesura sin mayor culpa que la de no haberlo repetido o al menos prolongado, pero que al fín sí me cambió, me dió más vida. Quise disculparme por el disco de La Maldita Vecindad que nunca te devolví y que perdí en alguna de mis mudanzas, aunque también quería decirte que no puedo escucharlo sin recordarte.
Quise decirte que es un gusto grandísimo el que te sientas feliz y sigas buscando y cumpliendo sueños. También quise expresar que a veces me da rabia que las cosas cambien y que la vida nos vaya alcanzando (o dejando atrás; todo es relativo). Ojalá fuera todo esto otra circunstancia. Ojalá no existiera lo bueno y lo malo. Quise decirte que me dejes verte de nuevo, aunque sea imposible. Quise decirte que la verdad me gustas más ahora que hace quince años, que tu madurez sólo ha acentuado tu belleza. Quise volver contigo al pasado, recorrer de nuevo esos tramitos de nuestros separados caminos. Quise que nos descubrieran de nuevo en la cocina. Quise experimentar otras cosas, quise enseñarte quien soy ahora, pero mi locura sólo me permitió unos breves minutos, una charla que -junto con tu imagen- no ha dejado de darme vueltas (y quizá se quede girando por un tiempecito, una deliciosa inercia de sueños despiertos) y ahora que no puedo hablarlo o hacerlo sentir, al menos puedo escribirlo. Aún no sé si porque quiero que lo leas o porque sólo estoy purgando lo que traigo atorado. No sé si sea un intento desesperado de que se pueda hacer algo antes de que sea demasiado tarde o si simplemente quiero dejar registro de esto para la posteridad, una prueba de que todo lo que hacemos importa y que cosechamos lo que sembramos.
Tal vez nunca suceda otra coincidencia, por lo que quiero que sepas que de tí guardo un pequeño cofre de recuerdos que seguramente continuarán alimentando algunas fantasías hasta que mi memoria de viejo me lo permita. Quiero que sepas que aún hoy, después de tanto tiempo, una pequeña parte de mí aún siente algo por tí y otra te desea intensamente. Quiero que sepas que si alguna vez necesitas algo o a alguien, aquí estoy todavía. Aquí estaré, porque hay más tiempo que vida y porque uno nunca sabe. Sin embargo espero que pueda verte de nuevo. Que la vida nos regale otros momentos juntos. Que seas feliz y que el dios de los egipcios, de los cristianos o cualquiera en el que depositas tu Fe te bendiga, ya que es posible también que nunca volvamos a vernos. Caray, tantas cosas que decir me faltan y ya se me acabó el tiempo. En fin.

martes, marzo 29, 2005

Diez Dias

Diez días de cambio de rutina, no tanto vacaciones pero sí gozar de nuevo de la vida y de la aventura. Tengo que decir más al respecto, pero será hasta la siguiente. Por ahora me quedo solo yo con el sabor de boca......