¿No es una belleza? 

Jessica

En dos meses nace mi hija. Apenas la he visto en el ultrasonido, pero siento que ya la conozco. Siento una necesidad enorme de tenerla entre mis brazos. Quisiera verla y llenarla de besos, pero aún falta bastante. Preparo el terreno, en un esfuerzo casi inhumano por mantenerme en buen estado mientras trabajo más de setenta horas por semana. Pero ella los vale. Es mi prueba de fuego de que puedo hacer algo en esta vida que valga la pena. Me llena la angustia, la emoción y la alegría. Una extraña mezcla de sentimientos que me empujan a salir adelante cueste lo que cueste. Me falta tiempo para hacer tantas cosas que quiero, pero voy a seguir en el camino. Voy a seguir cueste lo que cueste. Cuidándome a mí y a mi hija. El resto no importa. Esta es mi vida y puedo cambiarla. El Cielo y el Infierno están en esta vida, así que yo quiero hacer de mi vida un Cielo. Creyendo en mi propio Dios, el que hizo este maravilloso y sorpresivo universo. Este universo maravilloso que nunca dejará de sorprenderme, así llueva, truene o relampaguee. Nunca me arrepentiré de haber nacido.