martes, enero 25, 2005

La Última Versión

Un día parecido al de hoy -aunque estoy casi seguro que era sábado- de hace quince años, un grupo de amigos de la secundaria, salido de la mismísima Brozza, decidió comenzar un proyecto musical que duraría algo así como cinco años.
Algo así como un año y medio antes de aquél 20 de enero, decidimos formar una banda de rock. Los meses que siguieron fueron algo así como una competencia para ver quién lograba comprar antes su instrumento. Yo logré comprarme mi batería Tama Rockstar después de un poco más de un año de endeudamientos y lavado de carros y ventanas.
Una vez pasado ese primer, único e inigualable ensayo (debidamente grabado y preservado hasta nuestros días), comenzamos una evolución que nos llevó a tocar en Parques, Casas, antros del tipo Rockotitlán, James Dean, La Diabla, etc. Hasta en una campaña del PRI tocamos, chingá, pa`que me entiendan. Le entrábamos a todo. Grabamos al menos tres veces, con aumento progresivo de equipo, presupuesto y por ende, calidad. Aún diez años después, recuerdo esas dos semanas de la grabación del disco (la última de esas tres famosas grabaciones), como de las mejores de mi vida.

Ensayos en casa del Gallo, de Chuy, incluso en mi casa (en Colina del Silencio, vaya nombre para un estudio de ensayo). Tocadas, conciertos, compartir escenarios con viejos ídolos. Entrar en ese mágico y peligroso ambiente del espectáculo. Mi Barrio, El Día Mundial del Medio Ambiente, el Techo de Casa de Chuy......

Son tantas cosas, que no me es posible sintetizarlas en unas cuantas líneas. Seguro habrá más que decir, más que recordar y mucho, mucho más que escribir.

Por ahora lo dejo así, hoy celebro que hace quince años la vida y mis amigos me dieron una oportunidad y una fuerza únicas e irrepetibles que en aquél entonces me llevaron a vivir al norte de la frontera, a la tierra de locos que es Los Ángeles -y más aún, Hollywood- y hoy me sigue llevando la inercia de la búsqueda de algunos sueños, me sigue acompañando la amante que por aquellos años conocí, una de mis dos únicas y ambiguamente fieles amantes: la música y la literatura.