viernes, enero 07, 2005

El Kybalión

Mientras buscaba mi copia de Más Allá del Bien y del Mal entre unos libros, hallé una obra bastante impresionante por su contenido: Filosofía Hermética del antiguo Egipto y Grecia. Ocultismo en una forma arcana y a la vez profunda e increíblemente perenne.
Inmediatamente quise leerlo, como encontrando una efímera fuente de conocimiento, un manantial a punto de secarse. Pero no hay prisa, realmente.Debo terminar algunas lecturas pendientes: Los Detectives Salvajes, de Bolaño; luego Plataforma, de Houellebecq; luego México Bárbaro, de Turner; luego Primavera de Luto, de Millás, después Piel del Cielo, de Poniatowska y finalmente El Amante, de Duras. Esa es mi lista de espera. Vámonos por partes, ¿no?. Yo soy de esas personas que leen los libros uno por uno, nunca lectura poligámica, no señor.

Creo que esa es una de esas cosas que nos dividen a la humanidad en dos: como también la cuestión de los que les gusta el cereal remojado y a los que les gusta crujiente.

Sin embargo, apenas lo hojeo un poco y me salen al acecho frases que me dejan perplejo por su profundidad. Los dejo con un par mientras tanto:

"Todo fluye y refluye, todo asciende y desciende; la oscilación pendular se manifiesta en todas las cosas; la medida del movimiento a la derecha es la misma que la de la oscilación a la izquierda; el Ritmo es la compensación".

"La mente, así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental".


El Kybalion.