¿A quién le gusta caminar?
Hoy en la mañana caminé hasta casa de mi mamá para dejarle un rato a las perras en lo que voy a escalar. Me acordé de lo saludable que es dar una caminata de vez en cuando. Siempre que lo hago resulta ser una excelente terapia de reflexión. Camino mientras pienso y repienso ciertos asuntos, mientras examino las posibilidades de tal o cual acción. Es una rutina.
Hoy por ejemplo, reflexionaba un poco sobre el asteroide 2004 MN4, que alcanzó el grado primero en la escala Torino de riesgo de impacto de asteroides, tal vez a ocurrir el 13 de abril de 2029. Pensaba que todos nuestros problemillas podrían quedar totalmente olvidados. La pequeñez del hombre sería tragada por una de las manifestaciones más agresivas y catastróficas de la naturaleza. Yo la verdad no sabría bien que hacer. Pero concluí que aún quedan veinticuatro años para pensarlo.
Sin embargo, de inmediato mis pensamientos se orientaron a mi deseo de emprender buenas caminatas en el campo. Tengo ganas de perderme un rato por alguna sierra. Pronto serán las vacaciones de Semana Santa y me he puesto el firme propósito de aventarme una larga caminata por algún lado. Un campamento. Volverme a tumbar de espaldas a disfrutar de las estrellas e imaginarme que 2004 MN4 viene por ahí, por algún lado allá en el fondo. Quiero otra vez respirar aire puro. Quiero encender una fogata. Quiero saltar en un lago o -si se pudiera- desde una alta roca al mar. Ya les contaré detalles. ¿Alquien se anima?
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