miércoles, octubre 06, 2004

El Trabajo

Toda la vida es una eterna lucha entre opuestos. Mi vida es el resultado de la lucha entre dos fuerzas magníficas: El deseo y el deber.
Elegir entre lo que se quiere y lo que se debe hacer, entre lo bueno y lo malo, entre la verdad y la mentira. Es todo tan ambiguo, tan opuesto, que yo mismo comienzo a perder la congruencia: Vivir en donde no quiero, añorar lo que no tengo y de nuevo la lucha......
Al final me queda un sabor de boca entre amargo y dulce, entre agrio y salado. Es un sabor indescriptible que no me deja saber si lo que hice está bien o mal. No puedo identificar los extremos de la cuerda que marca mis ánimos; la esfera que contiene al líquido de mis emociones; largo, estrecho, transparente.....muy transparente. Es por eso que yo mismo me asusto de no poder ocultar mis sentimientos, de no poder arrastrar una sonrisa cuando mi rostro se encuentra atrapado entre la tristeza, la melancolía.
Hoy me llega una nueva vida. Espero que sea más definitiva que la que hoy llevo.
Nueva vida, nueva esperanza, nuevo cambio. La vida gira y yo sigo aquí atrapado. Entre gozar y sufrir, entre reír y llorar.